Sé que este tema no tiene nada que ver con la creatividad, aunque si supone una amenaza indirecta contra la libertad de creación y, lo que es mas importante, contra lo esencial a la creación: la imperfección.
Mucho revuelo ha habido en el campo de la creación tecnológica últimamente, actividad creativa protagonizada por Apple con su iPad y con su iPhone 4, y HTC con su Desire y Legend… casi todo centrado en el campo de la telefonía móvil que vive sus tiempos de mayor actividad…¿de ahí a clamar el inicio de la madurez?… llamémosla “Edad de Oro” porqué la ética dentro de la competición iniciada en el sector es todo menos ética.
En este mismo instante en el que escribo, Apple tiene un serio problema que solucionar con la antena de su iPhone 4 que, por lo demás, es un aparato realmente rompedor… claro que el problema no es precisamente un detalle: perdida de recepción al sostener un teléfono se podría decir que es el problema mas gordo que pueda tener.
No es ninguna novedad que un aparato de esta categoría encuentre problemas al inicio de su lanzamiento y tampoco es ninguna novedad que la prisa por recuperar la distancia perdida frente a la competencia obligue una marca a descuidar los controles de calidad para acelerar el lanzamiento… claro está también que la marca se debe de hacer responsable de los problemas derivados que pueda ocasionar dicho descuido. En ese papel, lo cierto es que Apple no ha obrado bien. Lo justo habría sido remplazar las unidades defectuosas vendidas por nuevas… lo cual es imposible si aún no han encontrado la solución al problema. La única alternativa es ofrecer a los clientes que ya hayan comprado el teléfono un “paliativo” al problema de forma temporal hasta que se encuentre la solución. Una vez hallada dicha solución se remplazan los aparatos defectuosos por nuevos y todos tan contentos. Supone para la empresa mucha pérdida de dinero… pero el prestigio se queda a salvo, lo cual es mas rentable a largo plazo. Apple se ha quedado con la primera opción, la del “paliativo”, regalando fundas para el teléfono que aíslan la mano del contacto con la antena… pero no ha dicho nada de remplazar los aparatos ya vendidos defectuosos por otros nuevos cuando se haya solucionado el desperfecto, lo cual me resulta decepcionante. El temor a pérdidas masivas de dinero es legítimo pero una actitud mas atenta con el cliente que ha desembolsado cerca de 700€ por un teléfono revolucionario (… que no permite llamar) habría sido mas acertada.
Por otro lado, y es el tema principal de esta entrada, está la mala prensa. Resulta increíble que en este país que se cree tan civilizado, la prensa castigue tan duramente a los iniciadores de una tecnología que ha dado inicio a todo lo que constituye la fuerza de la actual competencia en telefonía móvil. La gente tiene la memoria muy corta pero cabe recordar que el primer iPhone fue LA revolución que indicó el camino a seguir para el desarrollo de los teléfonos móviles. Desde entonces, nuevas marcas han aparecido rompiendo fuerte el orden preestablecido de liderazgos en el mercado de los “smartphones” con una tecnología mejorada, personalizada, libre y mas barata… pero copiada (HTC, por supuesto); otras se han encerrado en sus propios logros, antaño revolucionarios, quedándose estancadas en un callejón tecnológico sin salida (Nokia, por supuesto); y otras, tras un esfuerzo creativo asombroso, se han dormido en los laureles por agotamiento y por la seguridad que proporciona la fama, intentando ahora recuperar el tiempo perdido (Apple, por supuesto). Con todo éste panorama, cuyo inicio tuvo lugar hace seis meses, cómo mucho (todo va muy rápido en el mundo de la tecnología), la gente ha visto la oferta explotar y, cómo era de esperar, se ha vuelto más exigente y más crítica. Apple debería haber tomado en cuenta los cambios de época: el estreno del iPhone 4 no tiene nada que ver con el estreno del primer iPhone (la marca sugiere lo contrario en su página oficial: “todo vuelve a cambia… otra vez”). Las condiciones del mercado han cambiado. En comparación, la telefonía móvil de 2007 parecía estar en pañales. Hoy día, nadie se deja impresionar por las videoconferencias, las pantallas táctiles superfluidas, las cámaras integradas de 5 MPs y los fondos de pantalla en un iPhone aunque resulte “unbelievable” o “gorgeous” para algunos… pero de ahí a apedrear un producto sin tener siquiera la paciencia de esperar su estreno en nuestro suelo… nos estamos pasando. He leíso incluso blogs que “desaconsejaban” la compra de un iPhone 4 cuando aún no se puede comprar en nuestro país. Que esa clase de antipublicidad la hagan en EEUU (algo malo tendrá ser los primeros en tener las cosas) donde el teléfono lleva tiempo circulando ya, pués vale. Pero aún no sabemos cómo nos llegará el iPhone 4 a su estreno en España…¿y si llega mejorado, o lo que es más probable, sencillamente “sanado”?¿En qué lugar se relegarán todas esas antirecomendaciones mas o menos fundadas? Un esfuerzo mediático qúe, basándose en el espíritu conflictivo muy español, trata de atraer al ciberlector a costa de la reputación de un producto que, a lo mejor, no merecía tantas ostias. Piénsalo, amigo blogger, cuando hables de un producto.