Caerse...para saber cómo levantarse.
Resbalar es libertad efímera. Es fugaz, cómo un escalofrío en la espalda, cómo el estremecimiento de lo conmovedor.
Da miedo, da pánico... pero es descanso en un segundo. Un escurridizo sentimiento a flor de piel. Dejarse caer es cómo olvidarse, cómo dormir en un microsegundo.
A veces tengo sueños de vacío, que duran el tiempo de una vida entera.
Me veo caer y me siento libre. El vacío que me rodea es mayor al que me espera bajo mis pies. Y siento paz. Y siento mi ser, entero, descubriendo cada palmo de la persona bajo la piel.
Esa persona que se escapa al despertar.
La caída es larga. La caída es tibia cómo una manta en invierno. Es un peligro que escapa a los sentidos.
Suave, dulce y salvaje cómo lo prohibido.
Al final del trayecto ya nada importa. No existe gravedad, no existe peligro...sólo un destino.
Y me despierto.
Querido iSeb!
ResponderEliminarEse sueño es muy conocido. Es cuando uno esta fuera del cuerpo sin darse cuenta...