¿Por fin una película original?

Esta tarde, tras mucho tiempo sin poder hacerlo, iré al cine. El motivo por el que no he puesto los pies en una sala oscura ni sentado mis posaderas en una butaca no obedece a mi, ciertamente apretado, planning personal, sino a la total ausencia de espectáculo que valga la pena ser visto en el mundo del cine desde Avatar, la famosa película de J. Cameron, que tampoco me sació del todo.

Lo he comentado varias veces y está claro para mi: estamos ante un declive más que serio del lamentablemente llamado “séptimo arte”. Digo “lamentablemente” porqué el cine no nació cómo arte, sino cómo espectáculo. Que quiera pretender a ser arte me parece estupendo, siempre que no desprecie la primera faceta. Sin embargo, el pecado actual en el celuloide es el reciclaje: Recuperación de los clásicos ochenteros, constantes guiones “basados en la obra de…”, que si remakes americanos de películas extranjeras (entiendo que quieran sacar dinero de buenas ideas de fuera, lo que no entiendo es que el público prefiera ver el remake antes que la original)… incluso fotocopias de obras clásicas (véase Psycho, fotocopia de la mítica Psicosis de Hitchcock). Todo ése plagio constante para mantener a flote una industria decadente y sin creatividad sólo muestra que los guiones de calidad son elementos en vía de extinción, perdidos en polvorientos armarios y oscuros cajones.

En medio de todo éste caos surge esta inesperada película, Inception, curiosamente llamada en castellano Origen, que nos cuenta, en un guión de factura 100% artesanal, una historia casi onírica sobre un ladrón de sueños. Sin duda un punto de partida muy original, imaginado por el único director de cine-espectáculo aún en forma en todo Hollywood. Lo que si está claro es que Christopher Nolan podía prescindir de la muy de moda 3D para darle valor a su propuesta… y así lo ha hecho, lo cual es muy revelador.

Aún no he visto la película y, aunque a vista de tráiler y de cartel, todo ésto pueda recordarme a Matrix de los hermanos Wackowsky, el caso es que me da muy buena espina ésta película, por ser obra del director que es, por la originalidad de un punto de partida muy audaz, por la estética entre cómic americano y manga, y por el morbo que supone para mi ver un montón de tios y tías trajeados cómo para una boda matarse y machacarse alegremente con zapatos de tacón y corbatas impecablemente anudadas.

Aún no puedo opinar, pero ya haré la crítica (y espero sinceramente que sea buena) sobre éste trabajo. Soy buen público y confío que así será. Mi opinión, la daré en la próxima entrega del podcast de Dulces Sueños (DS-25) que saldrá seguramente antes de lo previsto. Estad atentos al blog, a vuestros feeds, a la página de DS en Facebook, a nuestra cuenta en Twitter y a vuestra suscripción en iTunes.